Probamos el X1 sDrive18i, una magnífica fórmula de acceso a los SUV premium de BMW

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La tercera generación del BMW X1, el modelo que más ventas aporta a la marca bávara en España, se presentó a finales del año pasado con no pocas novedades en la gama, la más importante la versión cien por cien eléctrica iX1 que muy pronto verá la luz en el mercado.

También contará en breve (ya se admiten pedidos) con versiones de hibridación ligera y otras híbridas enchufables muy interesantes, pero la marca alemana “ha puesto el balón en juego” con las variantes diésel y gasolina de etiqueta C convencionales, es decir, sin ningún tipo de electrificación.

El X1 sDrive18i, con un motor gasolina de 1,5 litros, tres cilindros y 136 caballos, es una de ellas y se postula en la gama como un excelente puente de acceso al mundo de los SUV premium de BMW.

Para empezar hay que hablar del precio, desde 42.700 euros, que aunque es alto por ser un BMW plagado de calidad y tecnología, es una de las opciones más asequibles de la gama junto al X1 sDrive18d, que con su motor diésel de cuatro cilindros y 150 CV se ofrece por la misma cuantía.

El X1 de tercera generación es un SUV que crece en todas sus cotas, destacando los 4 cm que gana en longitud y altura. Se trata de un modelo muy aparente, mide exactamente 4,5 metros de largo y exhibe unas formas robustas que se hacen patentes, sobre todo, por la amplia parrilla y los voluminosos paragolpes.

De la parrilla hay que mencionar que es “activa”, de modo que se abre y cierra automáticamente según las necesidades de refrigeración del motor o de eficiencia aerodinámica, porque este aspecto ha sido muy importante en el desarrollo del coche, junto con el menor peso en general.

Del perfil llaman la atención, cómo no, las grandes ruedas y un techo ligeramente descendente, mientras que la zaga presenta una forma ancha y compacta con gran protagonismo de las luces sobredimensionadas, el alerón y el difusor inferior.

Pero es por dentro donde más cambios se aprecian en este modelo. La calidad de los acabados es alta, como es habitual en los productos de BMW, y son las pantallas del cuadro digital y el sistema multimedia, de 10,5 y 10,7 pulgadas respectivamente, las que aglutinan el apartado funcional del coche. El software de última generación de BMW funciona a la perfección, con apartados bien estructurados y múltiples opciones de personalización, incluidos los “temas” asociados a los modos de conducción disponibles: Sport, Efficient y Personal (Expressive en opción), que también afectan a la interfaz del cuadro de instrumentos.

Con la digitalización desaparecen por completo los mandos físicos, y solo se puede actuar sobre los del volante y los de puesta en marcha, cambio y selector de los perfiles “My Mode” ubicados en la bandeja flotante que hay entre piloto y copiloto.

Por su parte, los asientos son muy cómodos y el espacio dentro es muy amplio en todas las plazas, especialmente destacables las traseras para ser un SUV “pequeño”. Otra mejora muy importante está en el maletero, que con sus 540 litros será difícil que nos quedemos cortos de espacio para el equipaje.

Motor de acceso

Por todas las características hasta ahora comentadas vemos que estamos ante un coche de mucha prestancia, muy digitalizado y práctico. ¿Está el motor a la altura? Desde luego, entre las opciones que tiene y tendrá la gama, este tres cilindros gasolina de 1,5 litros y 136 caballos es el más ajustado de la oferta, pero para quien no necesite altas prestaciones y viaje cómodamente a velocidades de crucero, es más que suficiente, sobre todo teniendo en cuenta que empuja un conjunto de tamaño compacto que apenas llega a los 1.600 kg.

El habitáculo está bien aislado y no se percibe demasiado la rumorosidad característica de los tricilíndricos, e incluso a altas revoluciones el motor tiene cierto sonido deportivo, sobre todo al conducir en modo Sport.

Otra característica interesante está en el cambio. De serie con transmisión automática Steptronic de doble embrague, por 307 euros más se puede disponer de unas levas en el volante que, entre otras cosas, hacen más entretenida la conducción. La leva de la izquierda, la de reducción, tiene una función adicional, y es que si se deja pulsada se activa la función “Boost” que durante 10 segundos provee al coche de la máxima potencia, ideal para adelantamientos si circulamos con el modo de conducción más eficiente.

La puesta a punto del chasis está configurada para responder a las prestaciones de las mecánicas superiores, y en este coche se rueda con un aplomo y seguridad apabullantes en todo tipo de vías, sobre todo si equipa la suspensión adaptativa M como la unidad de test.

En el apartado del consumo, el gasto medio homologado por la marca es de solo 6,3 litros a los 100 km, una cifra excelente para un coche de esta envergadura, y en condiciones de prueba, exigiendo puntualmente al motor, nosotros hemos tenido un consumo inferior a los 7 litros, que es muy buen dato.

Como hemos mencionado al principio, a este X1 sDrive18i se puede acceder desde 42.700 euros, un precio que está por encima de un Mercedes GLA 180 gasolina de igual potencia (40.896 euros) y prácticamente al nivel de un Audi Q3 35 TFSI (43.060 euros), aunque este tiene un motor de 150 CV.

En cualquier caso, es una buena manera de introducirse en el mundo SUV de BMW, sobre todo si, como la versión probada, integra el paquete M Sport. Este eleva la factura hasta los 46.857 euros a cambio de vistosos detalles deportivos por fuera y por dentro, llantas de 18 pulgadas en lugar de las 17 de serie y la anteriormente citada suspensión adaptativa M, todo lo cual se une a un notable equipamiento de confort, conectividad y seguridad.

FICHA TÉCNICA

Motor: gasolina.

Potencia (kW/CV): 100/136.

Cambio: automático, de 7 velocidades.

Largo (mm): 4.500.

Ancho (mm): 1.845.

Alto (mm): 1.642.

Maletero (litros): 540.

Velocidad máxima (km/h): 208.

De 0 a 100 km/h (seg.): 9,2.

Consumo medio (l/100 km): 6,3.

Emisiones CO2 (gr/km): 143.

Precio (euros): desde 42.700 euros.


Source: NoticiasCoches