Probamos el Ford Mustang Mach-e GT, el crossover eléctrico con alma de hiperdeportivo

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En 20Minutos ya tuvimos ocasión de conducir la versión más deportiva del Ford Mustang Mach-e por las carreteras de Croacia en la presentación internacional, y desde luego quedamos prendados con sus capacidades y rendimiento.

Ahora hemos podido hacer un uso más completo y prolongado, y aunque las sensaciones generales no cambian, sí hemos podido reparar en detalles o analizar aspectos que en una toma de contacto pueden pasar más desapercibidos.

Poco que añadir respecto al diseño, rotundo y musculoso al más puro estilo Mustang, que llama la atención allá por donde pasa. Es un coche grande, de 4,7 metros de longitud, y las formas de SUV deportivo o crossover son totalmente naturales y fluidas.

Como elementos diferenciadores de esta versión GT respecto al resto está la parrilla oscurecida y opaca con el logotipo del caballo en relieve, los paragolpes y faldones específicos, las impresionantes llantas de 20 pulgadas (frente a las de 19 convencionales), las vistosas pinzas de freno Brembo en rojo y, en este caso, el llamativo color naranja “Cyber” de la carrocería, que por cierto tiene un sobreprecio de 1.500 euros y es uno de los exclusivos para el Mach-e GT.

Otro elemento que distingue al Mustang probado es el techo de cristal transparente, elemento opcional que cuesta 850 euros. Y hay que reconocer su eficacia, pues a pesar del sol intenso durante los días de prueba ha destacado por filtrar mucho el calor y por la mayor luminosidad que aporta al habitáculo.

El interior tiene un diseño pulcro y calidad elevada tanto a la vista como al tacto, pero obviamente sobresale en el centro del salpicadero la gigante pantalla vertical de 15,5 pulgadas. Es hasta demasiado grande.

Prácticamente no hay otros mandos y botones, salvo el de puesta en marcha a la izquierda de la pantalla central y los de las luces y del volante. Tras este encontramos la pantalla alargada y horizontal del cuadro de mandos (de 10,2”), con la información justa y necesaria para conducir con todo bajo control, sobre todo el nivel de carga de la batería y la autonomía.

No olvidemos que hablamos de un coche de cinco puertas muy deportivo, pero todos los detalles están pensados también para un uso cotidiano y familiar. De hecho, las plazas traseras son especialmente amplias, no hay problemas con la altura por el diseño del techo y el espacio para las piernas es más que generoso. A esto hay que añadir un maletero trasero de 402 litros con doble piso para guardar debajo los cables de carga y pequeños objetos, y otro bajo el capó delantero que ofrece otros 100 extra.

Altísima potencia

Si bien la escala de potencia del Mustang Mach-e empieza en unos más que interesantes 198 kW, el equivalente a 269 caballos, en el caso del GT el nivel es muy superior, ya que se alza hasta unos 358 kW (487 CV) que lo posicionan por encima de las versiones de acceso del Porsche Taycan, por ejemplo. El sistema eléctrico está compuesto por dos motores, uno en cada eje, que además dotan a este Mustang de tracción total.

Asociado ambos motores hay una gran batería de iones de litio con 88 kWh de capacidad neta, y Ford ha homologado una autonomía media de 500 km con una sola carga, con un consumo de 20,6 kWh a los 100 km. En cuanto a los tiempos de recarga, este Mustang admite conexiones a 150 kW, y en un punto de tal potencia Ford asegura que son necesarios solo 45 minutos para recuperar del 10 al 80% de energía. Más adelante hablaremos de nuestra experiencia en estos apartados.

Ponerse a los mandos de un Mustang, sea el que sea, es siempre una experiencia excitante. Y es que solo el purasangre que identifica al logo en el centro del volante ya impone. Antes de arrancar, toca configurar el coche al gusto, para lo cual el sistema Sync 4 de Ford pone las cosas fáciles. El funcionamiento es totalmente fluido, todo se ve a la perfección y los menús no admiten pérdida.

En el exterior hace mucho sol y calor, y por tanto es imprescindible el uso continuado del aire acondicionado, que ya de partida penaliza la autonomía. Salimos con la batería cargada al cien por cien y con el suave silbido de los coches eléctricos a bajas velocidades. Los asientos son muy confortables y la posición de conducción no es tan elevada como en otros SUV. Hay que recordar, además, que esta versión va 15 mm más cerca del suelo por el ajuste del chasis y la suspensión adaptativa MagneRide.

Como dijimos en su día, hay disponibles tres modos de conducción, Whisper, Active y Untamed (más un Untamed Plus para uso en circuito, con atenuación de los controles electrónicos). En los primeros kilómetros nos inclinamos por la primera opción, ideada para preservar la autonomía, y nos apoyamos además en la función “One pedal” para que al levantar el pie del acelerador el coche retenga y regenere más energía. Esta función, una vez adaptados a ella, es un “vicio” y evita muy mucho que pisemos el freno, y además la autonomía baja más lentamente.

Ya en autovía y carretera combinamos las opciones Active y Untamed, y aunque hay diferencias de respuesta, el acelerador es el denominador común: si se pisa con contundencia, la inmediata y descomunal aceleración que provocan los 860 Nm de par te dejan literalmente pegado al asiento, como un hiperdeportivo. Y todo ello con el único sonido de la aerodinámica y el de rodadura –aunque se puede elegir uno simulado para “el motor” con solo tocar un botón del sistema de infoentretenimiento–, lo que impresiona todavía más.

Menos mal que el potente equipo de frenos Brembo ejerce de fenomenal contrapartida, y aunque ha de detener 2,3 toneladas, lo hace con una eficacia que llama la atención casi tanto como la propia aceleración, pues recordemos que este coche es capaz de pasar de cero a cien km/h en unos escasísimos 3,7 segundos.

Llamativa agilidad

En cuanto a comportamiento, de nuevo el elevado peso es «relativo» (los kilos siguen estando ahí), porque la agilidad y estabilidad que muestra este Mustang es constante por mucho que se retuerza la carretera, y ello transmite una seguridad al volante enorme en toda circunstancia. La firmeza de la suspensión, además, no penaliza ni mucho menos el confort, y la prioridad de empuje del eje trasero –aunque sea un tracción total– aporta un tacto más deportivo a la conducción en curva.

En relación al consumo, hicimos una parte del recorrido, 100 km, a un ritmo bastante relajado en ciudad y carretera, con el modo Whisper y la función “One pedal” activados. El gasto medio fue de tan solo 13 kWh, pero este es un coche que pide dinamismo, y también se puede rodar a ritmos muy altos que llevan a superar los 30 kWh de consumo. En cualquier caso, en el global del test y con más de 600 km recorridos, la media fue de 23 kWh, que es una cifra bastante buena para un coche de este tamaño y potencial.

En lo que concerniente a la recarga, repostamos un 33% de energía en una hora (el máximo que se podía) en un punto público de 50 kW, y el coste fue de unos razonables 16 euros.

El Mustang Mach-e GT es un coche que no está al alcance de cualquiera, y eso se refleja en un precio de 85.172 euros, una cuantía que dista mucho de los alrededor de 72.000 que costaba en el lanzamiento.

Obviamente, es un coche muy pasional, equipado hasta la médula tanto en elementos de confort como de conectividad y seguridad, y no se echará nada en falta, pero para el uso normal y cotidiano son más recomendables las versiones inferiores, también con etiqueta Cero, que ya de por sí tienen un gran potencial.

FICHA TÉCNICA

Motor: dos eléctricos.

Potencia total (kW/CV): 358/487.

Cambio: automático.

Largo (mm): 4.743.

Ancho (mm): 1.881.

Alto (mm): 1.586.

Maletero (litros): 100 delante + 402 detrás.

Velocidad máxima (km/h): 200.

De 0 a 100 km/h (seg.): 3,7.

Consumo medio (kWh/100 km): 20,6.

Emisiones CO2 (gr/km): 0.

Precio (euros): 85.172 euros.


Source: NoticiasCoches