Nos ponemos al volante de la nueva furgoneta Ducato de Fiat y de su variante eléctrica

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La división de vehículos comerciales de la marca italiana, Fiat Professional, cuenta en su gama con el Ducato, un modelo que ha sido el más demandado en Europa en 2020 dentro de su segmento y que ha liderado las ventas en nuestro país en los últimos años.

Estos hitos no son fruto de la casualidad, ya que es un modelo que lleva cuatro décadas en el mercado y Fiat Professional ha sabido dotarlo de todo lo que necesitan sus clientes.

De esta manera, el Ducato ha llegado a su octava generación con cambios mínimos en su estética, pero profundos en el puesto de conducción, equipamiento y tecnología, convirtiéndose, según afirman en Fiat, en el primer vehículo comercial ligero con nivel 2 de conducción autónoma.

Por si fuera poco, en paralelo a la evolución del modelo tradicional, Fiat ha lanzado la variante cien por cien eléctrica E-Ducato, que resuelve de un plumazo los problemas de limitación de acceso a las grandes ciudades con su etiqueta “Cero” y además se suma al “batallón” de vehículos sostenibles de la marca y del Grupo Stellantis.

El Fiat Ducato es un modelo que tiene entre 4,9 y 6,3 metros de longitud y hay varios tipos de configuraciones: furgón, furgón con ventanas, doble cabina y combi, este último con una sola longitud (5,4 metros) y destinado al transporte de personas.

Las versiones furgón convencionales, que son las que hemos podido ver y tocar en nuestra toma de contacto, tienen hasta 17 metros cúbicos de volumen de almacenamiento interior y hasta 2.200 kg de carga útil.

La renovación estética afecta fundamentalmente a la parte frontal, con una nueva parrilla, logotipo de la marca, paragolpes y faros LED. Por dentro se ha replanteado todo, y dispone de un nuevo volante multifunción, instrumentación digital de 7 pulgadas configurable, sistema multimedia (Uconnect con pantalla de 5 a 10 pulgadas) y hasta una pequeña mesa extraíble al lado del conductor para comer o trabajar.

El nuevo puesto de conducción se acerca al de un turismo, con acabados de tacto duro, eso sí, pero con todas las funcionalidades a mano y muchos huecos para alojar objetos.

El volante multifunción es pequeño y la palanca está muy pegada, en posición elevada a la derecha, para manejarla fácilmente. Una vez ajustados los retrovisores, y conscientes del tamaño del vehículo que tenemos entre manos, en marcha cobra protagonismo el motor diésel Multijet de última generación. Este propulsor, actualizado para cumplir todas las normas sobre emisiones, tiene 2,1 litros de cubicaje y se ofrece en cuatro niveles de potencia entre los 120 y los 180 caballos. Nosotros contamos con el de 140 caballos, y su rendimiento ha sido el esperado en cuanto a respuesta y empuje, si bien íbamos vacíos de carga.

La dirección es suave, el cambio manual funciona de manera precisa (también hay disponible uno automático de 9 marchas) y el comportamiento en carretera es excelente, destacando la elevada maniobrabilidad en las zonas urbanas y al aparcar. En este punto se agradece la cámara que hay en la parte superior de la zona trasera, que permite ver lo que pasa detrás mediante la pantalla del sistema multimedia. También hay, como opción, un retrovisor digital para el interior, pero no lo llevaba nuestra unidad.

Teníamos ganas de ponernos al volante también del Fiat E-Ducato, que se desarrolló sobre la generación anterior del modelo y no tiene todos los cambios de la octava serie. Ello no desluce para nada a la variante electrificada, que también está disponible en las diferentes configuraciones del modelo convencional.

Lo más importante del E-Ducato es que tiene un motor de 90 kW (120 CV) y dos opciones de batería, de 47 o 79 kWh de capacidad, con las que puede alcanzar hasta 235 o 370 km de autonomía, respectivamente.

El tiempo de recarga depende del punto de red, y oscila entre las casi 8 horas que tarda en un punto estándar de 7 kW y la hora y 50 minutos que necesita para recargar el 80% en un puesto de 50 kW de potencia.

La cabina de esta versión eléctrica cuenta con una pantalla complementaria a la izquierda del conductor donde se puede ver la información de todo lo que tiene que ver con el sistema eléctrico. A la derecha del volante hay un botón para elegir los tres modos de conducción, Eco, Normal y Power, para que el motor pueda entregar más o menos potencia, mientras que junto a ella está la palanca del cambio automático para ponerse en movimiento.

Aunque ya nos vamos acostumbrando a los vehículos eléctricos, mover mediante este sistema un furgón de este tamaño no deja de sorprender, y a la facilidad de conducción se une un silencio de marcha impresionante. Todas las buenas cualidades de manejo de la Ducato se mantienen intactas en esta variante eléctrica, que muestra notables diferencias de respuesta en función del modo de conducción elegido. Eso sí, la velocidad máxima en todos los casos está limitada a 100 km/h.

Además, hay una función para que las baterías recuperen la energía resultante de las desaceleraciones y frenadas, y lo cierto es que se nota enseguida la retención, lo que hace que se use menos el freno y preserve autonomía.

El precio sin impuestos del Ducato furgón parte de los 31.000 euros, mientras que el E-Ducato cuesta bastante más, 59.410 euros, aunque es altamente amortizable por el ahorro en combustible.

Como comentábamos al principio, el paso adelante en cuanto a equipamiento es impresionante. Hay dos paquetes de ayudas para conducir, Easy Driving y Safety Driving que, conjuntamente, ofrecen el nivel 2 de conducción autónoma.

Además de ello, el Ducato puede contar con sistema de acceso y arranque sin llaves, freno de mano eléctrico, cargador inalámbrico para móviles y servicios de conectividad que pueden incluir una aplicación para la gestión de flotas.


Source: NoticiasCoches