El día 14 de febrero es conocido mundialmente por ser San Valentín, aunque también hay otras celebraciones en marcha en este día del segundo mes del año. En concreto, el 14 es también el día mundial de la Energía, que se instituyó con el objetivo de concienciar a la sociedad sobre la importancia de hacer un uso responsable y eficiente de los recursos energéticos.
Este día no podría ser, por lo tanto, la fecha mejor para recordar que el mercado de bicicletas usadas le ahorra al medioambiente un gran volumen de emisiones contaminantes. En concreto, y desde el pasado 2015, la empresa de compraventa de bicis usadas Tuvalum calcula que ha conseguir evitar la emisión de 3.500 toneladas de CO2 a la atmósfera.
Una cifra nada desdeñable la que ha conseguido esta empresa desde que empezara a funcionar hace ya 8 años y que no sólo está revolucionando el mercado de segunda mano, sino que está liderando la sostenibilidad de la industria de la bicicleta.
La huella medioambiental de un peatón
Pero la reducción de emisiones no se queda solo ahí. Tras un análisis realizado por Tuvalum, se ha comprobado que la huella ambiental de un ciclista que se mueve en bicicleta es la misma que la de un peatón que se desplaza caminando.
La bicicleta genera una huella de carbono de unos 21 gramos de CO2 por kilómetro recorrido frente a los 271 gramos de CO2 por pasajero y kilómetro recorrido que genera un automóvil. La bicicleta ahorra al menos un 90% de las emisiones de CO2 en comparación con la conducción de un coche. Después de pedalear 700 kilómetros en lugar de conducirlos, se ahorran tantas emisiones de CO2 como las empleadas para producir la bicicleta.
Ahorro de emisiones y de energía
Circular en bicicleta ya es, de por sí, un gesto sostenible y respetuoso con el medioambiente, además de cómodo para circular por ciudad, ya que se evitan los problemas de aparcamiento, entre otros. Es más, el ahorro de emisiones al medioambiente también se traduce en un ahorro económico que beneficia, sobre todo, nuestro bolsillo.
Si apostamos por bicicletas reacondicionadas, la elección es doblemente responsable con el medioambiente, por el ahorro energético que se suma al ahorro en recursos que supondría la fabricación de una nueva bici. Por ejemplo, la fabricación de un cuadro de carbono (con el que se fabrica gran parte de las bicicletas nuevas) tiene un coste energético elevado y es un material difícil de reciclar, apuntan desde Tuvalum, por lo que con una bici reacondicionada evitamos ese gasto.
«El uso de la bicicleta de segunda mano, es, por tanto, la solución de transporte ideal para reducir la contaminación atmosférica», resumen desde esta empresa. Desde que Tuvalum empezara a funcionar, ya han conseguido completar cerca de 15.000 transacciones de bicis usadas.
Source: NoticiasCoches