Al igual que sucede con el armario, con el cambio de estación también toca revisar el estado mecánico del coche. Después de los excesos del verano y de cara a un nuevo clima, con fenómenos que inciden de un modo u otro en la seguridad vial durante la conducción, es el momento de comprobar que ciertos sistemas mecánicos del vehículo funcionen a la perfección. Desde ADL Automotive destacan los seis siguientes:
- Los líquidos del coche. Durante el verano, se suele dar al coche un uso intensivo que puede repercutir, en consecuencia, en un descenso de los niveles de líquidos, sumado a las altas temperaturas propias de esta época. Por esta razón, se deben revisar todos los líquidos del automóvil, como el líquido anticongelante, el lubricante, el de freno, el de limpiaparabrisas…
- La batería. Debido al uso excesivo del aire acondicionado o de otros dispositivos derivados, la batería sufre más durante el verano. Con la llegada del frío, es más complicado poner en marcha el motor, que demanda más energía eléctrica para encenderse, por lo que es aconsejable revisar que la batería esté cargada y en buen estado.
- Los neumáticos. Comprobar que el desgaste de los neumáticos no sea excesivo es una tarea elemental ante la llegada inminente de esta estación, ya que, de no hacerlo, el conductor podrá tener problemas de estabilidad al frenar conllevando efectos como el aquaplaning. La profundidad del dibujo no deberá ser inferior a los 1,6 milímetros bajo sanción económica, la goma no debe estar cuarteada o rasgada, no debe haber deformidades…
- Frenos y amortiguadores. Las pastillas y discos de freno pueden encontrarse desgastadas tras la utilización continuada del vehículo en los meses estivales y, por ello, deben revisarse en el caso de que se detecten ruidos o vibraciones al frenar o que el pedal de freno se hunda o esté muy duro. Por otro lado, el vehículo no se adecuará al asfalto correctamente si los amortiguadores se encuentran desajustados, por lo que es imprescindible revisarlos.
- Limpiaparabrisas. La exposición al sol del coche en verano acelera la degradación del caucho encargado del barrido del parabrisas y, en otoño, puede darse el caso de que las escobillas pierdan elasticidad y no evacúen bien el agua.
- Luces y los faros. Durante el otoño, las horas de luz son menos y conviene asegurarse de que ninguna luz del sistema de alumbrado falle. Que los plásticos protectores estén en buen estado y permitan que la luz pase adecuadamente también será importante.
Source: NoticiasCoches