GUILLE LLOPIS
- El proyecto de tren del futuro encara la recta final de su fase teórica con la incógnita de si podrá convertirse en realidad en el futuro.
- El próximo verano se presentarán a la POD Competition II después de haberse llevado dos premios en su primera fase, en Texas.
- El equipo pule el proyecto mientras busca inversores y patrocinios que le permitan cristalizar más allá de su concurrencia al concurso de Elon Musk.
«Elon Musk es muy listo. Él tenía una idea, pero no sabía cómo hacerla. Así que montó un concurso, convocó a universidades de todo el mundo, y ahí entramos nosotros». Vilz Tord, Director Creativo del proyecto Hyperloop de la Universidad Politécnica de Valencia, recibe a 20MINUTOS.ES en el campus en el que cinco amigos, todos ellos estudiantes, emprendieron el reto de cambiar el transporte para siempre.
Entre impresoras 3D, maquetas y pequeños prototipos con los que probar su tecnología a escala e incluso una máquina para fabricar placas solares (que no utilizan), un equipo de treinta jóvenes trabaja a destajo para pulir cada una de las aristas de su sistema. El Hyperloop UPV es un prototipo de tren que puede sobrepasar los 1.000 kilómetros por hora, energéticamente eficiente y medioambientalmente sostenible.
La idea original, pese a la visión actual de Musk, tiene más de un siglo de existencia. A finales del siglo XIX, comenzó a diseñarse de forma teórica un sistema de cápsulas que circulaban por un tubo al vacío gracias a los campos magnéticos. Su principal ventaja es que este tipo de transporte se libera de una de las trabas a las que se enfrentan todos los medios de transporte disponibles hoy en día: la fricción.
«El tren bala japonés utiliza un sistema similar, de levitación magnética. Evita la fricción con los raíles pero no con el aire», afirma Sánchez. El sistema nipón flota sobre los raíles, con los que no llega a tocarse. Hyperloop va un paso más allá: su cápsula viaja por un sistema de tubos prácticamente al vacío, lo que evita cualquier rozamiento. La única energía que se consume se emplea para arrancar y frenar, pues una vez la cápsula alcanza velocidad, circula por sí misma. De hecho, incluye un sistema que filtra y aprovecha el poco aire restante dentro del tubo para impulsarse.
Levitación superior
En el proyecto de Hyperloop de la Universidad Politécnica de Valencia cuentan con equipos dedicados exclusivamente al desarrollo de distintas partes del proyecto. Estructuras, navegación, propulsión, levitación y electrónica son los pilares fundamentales, a nivel técnico, de un sistema que cuenta con una ventaja diferencial respecto al resto de concurrentes al concurso organizado por el sudafricano Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX, entre otras compañías.
En común tienen que se trata de un sistema de transporte que no requiere de combustibles fósiles para circular. Funcionan con baterías que, además, en un futuro podrían recargarse solas gracias a un sistema de paneles solares instalados en los tubos. Pero el proyecto desarrollado en Valencia cuenta con una ventaja diferencial. Mientras que el resto de sistemas presentados utiliza un sistema de levitación a base de repelerse del suelo, el valenciano lo hace por aproximación respecto al techo.
La cápsula se imanta a la parte superior del tubo, lo que además de hacerlo más eficiente a nivel energético le da una ventaja a nivel mecánico: el efecto péndulo. «Si sostienes un objeto por la parte inferior y lo empujas hacia un lado, cae. Si lo sostienes por la parte superior y lo mueves, va a un lado y vuelve al centro», explica Vilz Tord. Una tecnología que en apariencia puede ser sencilla pero que otorgaría al Hyperloop UPV mayor estabilidad, velocidad en curvas y un gasto de energía todavía más reducido.
Pese a contar con recursos mucho más limitados que el resto de participantes, con equipos de centenares de personas y presupuestos mucho más elevados, el proyecto de Hyperloop valenciano ganó dos categorías de la primera fase del concurso: concepto y propulsión. Ese primer éxito les dio el empujón necesario para ampliar el equipo y empezar a ser vistos como una realidad y no un simple grupo de estudiantes, pero ahora necesitan ir todavía más allá.
Materialización
Ahora, a pocos meses del final del concurso y con una plantilla compuesta por estudiantes en los últimos años de sus grados o en distintos máster, el proyecto Hyperloop UPV se enfrenta a un complicado escenario. Tienen entre manos una tecnología que podría cambiar el mundo del transporte: no expulsa emisiones a la atmósfera, sus costes no son elevados y puede alcanzar una velocidad mayor que la de un avión comercial: un viaje de Madrid a París podría hacerse en poco más de una hora.
La primera parte de un documental recientemente estrenado (sobre estas líneas) acerca del proyecto de Hyperloop UPV, con el propio Vilz Tord al frente de la dirección y composición de la banda sonora y grabado, montado y editado por Corinne Films, cuenta el inicio de su historia, pero también su incierto futuro. Muchos de los impulsores del proyecto y las tecnologías que lo hacen diferente al resto terminarán sus estudios y podrían desvincularse de la universidad, pero no por ello de algo que asumen como propio.
El siguiente paso del camino es conseguir quien apueste por ellos. Por el desarrollo de un sistema de transporte que algunos gurús aseguran que sustituirá al avión, y que pese a la inversión inicial necesaria se convertirá en un elemento del día a día en el futuro. En el momento que se realizó la entrevista, parte del equipo se encontraba en California defendiendo el proyecto en la POD Competition I, invitados por SpaceX.
No será hasta verano cuando Hyperloop UPV deje de ser una brillante idea sobre el papel y se convierta en algo físico que testear. Hasta entonces, pero sobre todo a partir de ese momento, comienza la carrera por lograr desarrollar en la práctica, fuera de universidades y concursos, el transporte del futuro.
Source: NoticiasCoches