Al volante del Mach-E GT: el SUV eléctrico que más cabalga y corta el viento de Ford

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Cuando se anunció que Mustang sería la marca encargada de desarrollar los vehículos eléctricos de Ford, muchos se llevaron las manos a la cabeza. “¡Se acabó la pasión!”, “¡adiós a la deportividad y al rugido de los V8!”. Probablemente, de estos pesimistas vaticinios, solo uno se ha cumplido, el del sonido, pero lo también tiene sus matices, como veremos.

El Ford Mustang Mach-E es un crossover (o SUV deportivo) de 4,7 metros imponente se mire por donde se mire. No pasa inadvertido, y cualquiera de sus versiones ofrece una estética muy robusta y dinámica. La variante GT es la más potente de la gama, y para conocerla de primera mano hemos acudido a la presentación internacional en Croacia.

Exteriormente, los rasgos que lo distinguen del resto es una menor altura del chasis al suelo (13 cm en lugar de 14,5), la parrilla decorada con efecto “3D”, la optimizada aerodinámica y las llantas de 20 pulgadas que dejan ver las pinzas de freno sobredimensionadas necesarias para “contener” las sensacionales prestaciones de este coche.

Por dentro, el amplio habitáculo permanece invariable, con casi 3 metros de distancia entre ejes que todos los ocupantes pueden aprovechar para viajar con comodidad. Lo que sí cambian son los asientos, en este caso de diseño deportivo y firmados por Ford Performance, el departamento de altas prestaciones de la marca del óvalo.

Delante, además de un grueso volante encontramos un sencillo cuadro de instrumentos digital de 10 pulgadas y, en el centro del salpicadero, la enorme pantalla de 15,5” que es el centro tecnológico y funcional del Mach-E. Dotado del avanzado sistema Sync 4 desarrollado por Ford, es sumamente intuitivo, tiene una respuesta muy rápida y con tanta superficie es difícil perderse nada en él.

Como complemento práctico de este crossover familiar, dos maleteros, uno pequeño y profundo en la parte delantera, con 100 litros de capacidad, y otro trasero con 402 litros y formas muy aprovechables.

Pero como es fácil de adivinar, la clave de este GT está en su mecánica, formada por dos propulsores eléctricos, uno en cada eje, que proporcionan una impresionante potencia de 358 kW (el equivalente a 487 CV) y una salvaje cifra de par de 860 Nm que entrega de forma inmediata, si se requiere. La unión de fuerza de los motores también dota a este crossover de cuatro ruedas motrices, toda una garantía en cuanto a dinamismo y seguridad en carretera, pero calibrado con preponderancia al tren trasero, como buen deportivo.

Para complementar este cóctel tecnológico de la manera más práctica y eficiente posible, el Mach-E GT cuenta con la batería extendida de 88 kWh, lo que le permite alcanzar autonomías medias de 500 kilómetros, fácilmente superables o claramente inalcanzables según el tipo de conducción que se realice, como pasa con los coches eléctricos en general.

La batería admite recargas de hasta 150 kW, y ello se traduce en que solo sea necesario enchufarlo 10 minutos a la red para recorrer unos 100 km o que en aproximadamente 45 minutos pase del 10 al 80 por ciento de carga, tiempos que hacen viables y razonables las paradas en los viajes si damos con la infraestructura adecuada (información esta que la marca facilita mediante la aplicación FordPass, entre otras muchas cosas).

Con todo lo expuesto “sobre la mesa”, veamos en qué se traduce al volante. Una vez familiarizados con la interfaz Sync 4, controladas las funcionalidades, y también dispuestos sobre los cómodos asientos deportivos, ponemos el mando giratorio del cambio automático en la posición “D” y silenciosamente nos dirigimos a la carretera. A nuestra disposición, tres modos de conducción: Whisper, Active y Untamed. Cada uno tiene, de menor a mayor, una configuración de respuesta de dirección, motor y suspensión, pero si demandamos potencia, en todos los casos la recibimos con contundencia, con una “patada” o empuje digno de superdeportivos de alta alcurnia.

Si queremos sonido, podemos tenerlo solo con activar la función en el menú del sistema de infoentretenimiento. Así llega a nuestros oídos, mediante altavoces, un rumor que no es exagerado ni fácilmente definible (aunque la base es un motor V8) pero que desde luego ayuda a vincularnos “emocionalmente” a la alta deportividad de este modelo. Tiene especial protagonismo con el modo Untamed, el que da más rienda suelta al potencial del Mach-E GT, algo que hace de forma segura, ya que las ayudas electrónicas contribuyen a que tanto caballo (o mejor dicho, kilowatio) no se desboque.

A la hora de acelerar de manera contundente, hay que agarrar con firmeza y decisión el volante, y también medir la situación –hablamos de un SUV que tarda menos de 4 segundos en pasar de 0 a 100 km/h–, porque todo pasa rapidísimo y los adelantamientos, por ejemplo y como hemos podido comprobar, son tremendamente fugaces. La contrapartida a tanta aceleración es que luego hay que parar más de dos toneladas de masa en movimiento, pero para ello Ford ha dispuesto de unos frenos de disco Brembo de gran diámetro (385 mm) y pinzas de cuatro pistones que ejecutan su cometido a la perfección.

Además de los tres modos de conducción, hay una función adicional dentro del Untamed, denominado “Plus”, que llega a deshabilitar las ayudas electrónicas para sacar el máximo rendimiento de conducción en circuito. Lógicamente, sobre las carreteras sinuosas de la región croata de Pula, donde hemos tomado contacto con el Mach-E GT, no lo hemos podido probar.

Como complemento a los modos de conducción, también se puede poner el cambio en posición “L” y “obligar” al coche a aprovechar más su energía regenerativa, la que se obtiene de frenadas y desaceleraciones. Si además elegimos la función “One pedal”, el acelerador transforma la conducción, dado que con solo levantar el pie del pedal el coche retiene enormemente y hace que el uso del freno sea sensiblemente menor.

El resto de cualidades dinámicas del coche son igualmente sobresalientes, y parte de “culpa” la tiene tanto la puesta a punto del chasis como la suspensión adaptativa MagneRide de Ford, que “lee” la carretera y “estudia” la conducción para ejercer su labor de la forma más efectiva, y vaya si lo logra.

¿Y cómo se traduce todo lo dicho en el precio? Pues en una cifra alta, como corresponde a un coche de este corte y tecnología, pero tampoco disparatada para ser un superdeportivo “disfrazado” de crossover familiar. El Ford Mustang Mach-E GT –con etiqueta Cero de la DGT por su condición de eléctrico, no olvidemos– cuesta 72.750 euros. La diferencia con respecto a la variante más potente y equipada de batería extendida inmediatamente por debajo, el First Edition de 351 CV, es de 3.750 euros, de modo que a ese nivel de precio para nosotros la elección es clara en favor del GT, que además está provisto de las mejores tecnologías en conectividad y ayudas a la conducción que se pueden encontrar hoy en día en un coche moderno.

Motor: dos eléctricos.

Potencia total (kW/CV): 358/487.

Cambio: automático.

Largo (mm): 4.743.

Ancho (mm): 1.881.

Alto (mm): 1.586.

Maletero (litros): 100 delante + 402 detrás.

Velocidad máxima (km/h): 200.

De 0 a 100 km/h (seg.): 3,7.

Consumo medio (kWh/100 km): 20,6.

Emisiones CO2 (gr/km): 0.

Precio (euros): 72.755 euros.


Source: NoticiasCoches